Uno de los aspectos que más se descuida, debido a razones comerciales y prácticas, que conduce a una pérdida de calidad en el 99% de todos los cafés y que encuentro inaceptable, es el almacenamiento prolongado después del proceso de tostado.

Un café vive de sus aromas y aceites, cuando estos se secan, ¡el café está muerto! Lo hace lentamente en 4 a 6 semanas y, después de 2 meses, ¡solo es adecuado como fertilizante!