Es casi imposible evitar lidiar con éste tópico, porque el café se compone en más de un 99% de agua y la calidad del café depende enormemente de éste elemento. Por supuesto, tiene sentido proteger su cafetera de la calcificación, pero si el método utilizado para ello destruye todos los minerales en el agua, incluso el mejor café no podrá compensar ese déficit. Cloro y otros productos químicos utilizados en el tratamiento del agua al día de hoy no permiten disfrutar de la calidad del café. Como es bastante complicado tener acceso a una fuente directa de agua de montaña perfectamente mineralizada hacia nuestra casa o local, necesitamos crear ese requerimiento básico. Logramos ésto con un pequeño sistema de ósmosis que descompone el agua en sus bloques mas simples para consecuentemente mineralizarla según los requerimientos.